domingo, 27 de abril de 2014

OTRA VEZ BALLENAS EN PELIGRO --POR RITA AMODEI

ZARPARON DE JAPON BUQUES BALLENEROS PARA INICIAR LA CAZA DE BALLENAS EN EL PACIFICO . LOS JAPONESES SE ENPEÑAN EN SU TAREA ASESINA CONTRA LOS GRANDES CETACEOS DESATENDIENDO EL FALLO EL FALLO DE LA CORTE INTERNACIONAL DE LA HAYA AL RESPECTO . CONVOCAMOS A TODAS LAS PÈRSONAS QUE REPUDIAN ESTA PRACTICA DEL JAPON A INICIAR CAMPAÑA DE PROTECCION A LAS BALLENAS . CON TOTAL DESPARPAJO EL GOBIERNO DE TOKIO ANUNCIO QUE EL PROXIMO AÑO ORIENTARAN LA CAZA DE BALLENAS EN LA ANTARTIDA . ESPERAMOS LA REACCION DE MANDATARIOS , AUTORIDADES , PROTECCIONISTAS DE LA NATURALEZA Y EL PUEBLO TODO Y AGRADECEMOS LA INTERVENCION DE SU SANTIDAD FRANCISCO I º EN CONTRA DE LA CAZA DE BALLENAS . MUCHAS GRACIAS RITA AMODEI ++++++++++

sábado, 31 de agosto de 2013

JOY ADAMSON . NACIDA LIBRE . HISTORIA DE LA LEONA ELZA .....POR RITA AMODEI

JOY ADAMSON NACIDA LIBRE .....POR RITA AMODEI .

The film 'Born Free' was based on the diary-like novel by Joy and George Adamson of their experiences raising lion cubs in Africa. Virginia McKenna and Bill Travers starred as the Adamson's in the movie and John Barry was hired as the films composer. Despite disagreeing with the films director about the style of music to be composed, Barry took his inspiration from the Walt Disney wildlife films of the 50's and 60's. The resulting composition won John Barry his first two Academy Awards for Best Song and Best Score. This video features the complete original motion picture soundtrack, including the beautiful theme song sung by Matt Monro. Also included are seven tracks from the re-recording of the Born Free soundtrack by Frederic Talgorn & The Royal Scottish National Orchestra* not included on the John Barry album. The final track is John Barry's fantastic version of Born Free from the album, 'The Concert John Barry', recorded with the Royal Philharmonic Orchestra in 1972. 1. Main Title - Born Free 2. The Hunt 3. Elsa At Play 4. The Death Of Pati 5. Waiting For Joy 6. Killing At Kiunga 7. Born Free - Vocal by Matt Monro 8. Holiday With Elsa 9. Flirtation 10. Warthog Hunt 11. Fight Of The Lioness 12. Reunion / Born Free 13. Feeding Time* 14. Playtime* 15. Elephant Stampede* 16. The New Reserve* 17. Abandoning Elsa* 18. Elsa's Kill* 19. Wild & Free* 20. Born Free All music composed, arranged and conducted by JOHN BARRY Re-recorded tracks* conducted by Frederic Talgorn ++++++

lunes, 13 de mayo de 2013

DE AQUI PARA ALLA .......POR RITA AMODEI ..DIA MUNDIAL DEL AVE MIGRATORIA

La migración de las aves consiste en los viajes estacionales regulares realizados por muchas especies de aves. Además de la migración, las aves realizan otros movimientos en respuesta a cambios en la disponibilidad de alimentos, de hábitat o climáticos, que suelen ser irregulares o solo en una dirección y reciben diversas denominaciones como nomadismo, invasiones, dispersiones o irrupciones. La migración está marcada por su estacionalidad anual.[1] En contraste, las aves que no son migratorias son llamadas aves residentes. Patrones generales [editar]Muchas aves terrestres migran largas distancias. Los patrones más comunes involucran el vuelo al norte para reproducirse en los veranos en áreas templadas o árticas y el retorno a las áreas de invernada en regiones más cálidas del sur. La ventaja primaria de la migración es energética. Los días más largos del verano en el norte proveen mayores oportunidades a las aves en reproducción de alimentar a sus polluelos. La extensión de las horas del día les permite a las aves diurnas producir nidadas más grandes que las especies emparentadas no migratorias que permanecen en los trópicos todo el año. A medida que los días se acortan en otoño, las aves regresan a las regiones cálidas donde el suministro de alimento disponible varía poco con la estación. Estas ventajas son superiores a los riesgos del elevado estrés, el costo energético y otros riesgos de la migración. La depredación puede incrementarse durante la migración. El halcón de Eleonora (Falco eleonorae), que cría en las islas del Mediterráneo, tiene una temporada de cría muy retrasada, coordinada con el paso otoñal de los pájaros que migran al sur, con los que alimenta a sus polluelos. Una estrategia similar es adoptada por el murciélago Nyctalus lasiopterus, que se alimenta de pájaros migratorios.[2] [3] [4] Las mayores concentraciones de aves migrantes en sitios de parada transitoria también los hacen susceptibles de parásitos y patógenos, requiriendo una respuesta inmune más elevada.[5] Dentro de una especie en concreto, no todas las poblaciones tienen por que ser migratorias, lo que es llamado migración parcial. La migración parcial es muy común en los continentes del sur; en Australia, el 44% de las especies de aves no paseriformes y el 32% de las paseriformes son migradoras parciales[6] En algunas especies la población de latitudes más altas tiende a ser migratoria e invernará frecuentemente en latitudes más bajas que las latitudes en las que las otras poblaciones de la misma especie son sedentarias y tiene por lo tanto ya ocupado ese hábitat apropiado para la invernación, y esto se denomina "migración a saltos de rana".[7] Dentro de una población, también puede existir un patrón diferente de cronología y migración basada en grupos de edades y sexo. Sólo las hembras de Fringilla coelebs (pinzón vulgar) en Escandinavia migran y los machos se quedan como residentes. Esto dio lugar al nombre específico coelebs, que significa soltero. La mayoría de las migraciones comienzan con las aves despegando en un gran frente. En algunos casos la migración involucra cinturones estrechos de migración que son establecidos como rutas tradicionales denominadas rutas de vuelo migratorio. Éstas siguen típicamente cadenas montañosas y líneas costeras, y pueden tomar ventaja de brisas y otros patrones de viento o evitar barreras geográficas como amplias masas de agua abierta. Las rutas específicas pueden estar genéticamente programadas o aprendidas en grados variados. Las rutas tomadas en un sentido y en el de regreso son a menudo diferentes.[5] Muchas de las aves más grandes vuelan en bandadas. El volar así las ayuda a reducir el consumo de energía. Muchas grandes aves vuelan en formación de V y los ahorros individuales de energía se han estimado en un monto de 12-20%.[8] [9] Los correlimos Calidris canutus (correlimos gordo) y Calidris alpina (correlimos común) fueron seguidos por estudio de radar encontrándose que volaban 5 km por hora más rápido en bandadas que cuando volaban en solitario.[5] La altitud a la cual las aves vuelan durante las migraciones varía. Una expedición al Monte Everest encontró esqueletos de Anas acuta (ánade rabudo o pato pescuecilargo) y Limosa limosa (becasina o aguja colinegra) a 5000 m sobre el glaciar Khumbu.[10] Gansos Anser indicus han sido vistos volando sobre los picos más altos de los Himalayas sobre 8000m, incluso cuando había cerca pasos más bajos de 3000m.[11] Las aves marinas vuelan bajo sobre el agua pero ganan altura cuando cruzan sobre tierra y un patrón inverso se ve en las aves terrestres.[12] [13] Sin embargo la mayoría de las migraciones de aves ocurre en el rango de 150 m a 600 m. Los registros de colisión de aves en los Estados Unidos muestran que la mayoría de los impactos ocurren a alturas inferiores a 600 m y casi ninguno por encima de 1800 m.[14] La mayoría de las especies de pingüinos hacen migraciones regulares nadando. Estas rutas pueden cubrir más de 1000 km Dendragapus obscurus (gallo de las Rocosas) realiza migraciones altitudinales caminando en su mayor parte. Los emúes en Australia han sido observados realizando caminatas de largas distancias durante las sequías.[5] Visión histórica [editar]Las primeras observaciones registradas de la migración de las aves son de hace 3000 años, mencionadas por Hesíodo, Homero, Heródoto, Aristóteles y otros. La Biblia también menciona migraciones, como en el Libro de Job (39:26), donde se hace la interrogante : ¿Es por tu inteligencia que se cubre de plumas el halcón y despliega sus alas hacia el sur? El autor de Jeremías (8:7) escribió: : Hasta la cigüeña, en el cielo, conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla tienen en cuenta el tiempo de sus migraciones. Aristóteles menciona que las grullas viajan de las estepas escitas a los pantanos de las cabeceras del Nilo. Plinio el Viejo en su Naturalis Historia repite las observaciones de Aristóteles. Por otra parte Aristóteles sugirió que las golondrinas y otras aves hibernaban. Esta creencia persistió incluso hasta 1878, cuando Elliott Coues hizo una lista de no menos de 182 trabajos que trataban sobre la hibernación de las golondrinas. No fue sino hasta principios del siglo XIX en que fue aceptada la migración como causa de la desaparición durante el invierno de las aves en los climas del norte.[15] El descubrimiento de cigüeñas blancas en Alemania heridas con flechas africanas proveyeron pistas sobre la migración. Uno de los más antiguos especímenes flechados fue encontrado cerca de la aldea alemana de Klütz en el estado de Mecklenburg-Vorpommern. se han descubierto aves llamadas yussifirus maricunis que emigra distancias muy largas en muy poco tiempo Migración a larga distancia [editar] Catharus ustulatus, tordo de espalda olivada. Anas acuta, ánade rabudo o pato pescuecilargo.La imagen típica de la migración son las de las aves terrestres norteñas como las golondrinas y aves rapaces haciendo largos vuelos hacia los trópicos. Muchos patos, gansos y cisnes que se reproducen en el norte son también migrantes de largas distancias, sin embargo necesitarían moverse al sur sólo lo suficiente para escapar de las aguas que se congelan en sus zonas árticas de cría. La mayoría de las especies de Anatidae del Holártico permanecen en el hemisferio norte, pero en países con climas más templados. Por ejemplo, Anser brachyrhynchus (ganso de pico corto) migra desde Islandia a Gran Bretaña y países vecinos. Las rutas migratorias y las zonas de invernada son tradicionales y aprendidas por los jóvenes durante su primera migración junto a sus padres. Algunos patos, como Anas querquedula (cerceta carretota), se mueven completamente o parcialmente a los trópicos. Las mismas consideraciones acerca de las barreras y contorneos que se aplican a las aves terrestres migrantes a largas distancias, se aplican a las aves acuáticas, pero a la inversa: una gran área de tierra sin acuatorios que ofrezcan un sitio de alimentación es una barrera para un ave acuática. El mar abierto también es una barrera para un ave que se alimenta en las aguas costeras. Se observan contorneos para evitar esas barreras: por ejemplo, Branta bernicla (ganso de collar) que migra de la Península de Taimir al Mar de Frisia (Holanda, Alemania y Dinamarca) viaja por la vía de la costa del Mar Blanco y el Mar Báltico en vez de atravesar directamente el Océano Ártico y el norte de Escandinavia. Limosa lapponica, becasina o aguja colinegra.Una situación similar ocurre con las aves limícolas (Charadriiformes). Muchas especies como Calidris alpina (correlimos común) y Calidris mauri (correlimos de Alaska) hacen largos recorridos desde sus áreas de cría en el Ártico hasta lugares más cálidos del mismo hemisferio, pero otras como Calidris pusilla (correlimos semipalmeado) viajan enormes distancias hacia los trópicos. Como los grandes y poderosos patos y gansos (Anseriformes), las limícolas son grandes voladoras. Esto significa que las aves que invernan en regiones templadas tienen la capacidad de realizar movimientos adicionales cortos en la eventualidad de que se produzca un tiempo particularmente inclemente. Para algunas especies limícolas, el éxito de la migración depende de que tengan disponibilidad de recursos alimenticios clave en los puntos de parada a lo largo de la ruta migratoria. Esto le da a las migradoras una oportunidad de reabastecerse para el próximo tramo del viaje. Algunos ejemplos de lugares importantes de parada de migratorias son Bahía de Fundy y Bahía de Delaware. Algunos especímenes de Limosa lapponica (becasina o aguja colipinta) tienen el récord del vuelo sin paradas más largo registrado para una ave migratoria, vuelan 11.000 km desde Alaska hasta sus áreas de estación no reproductiva en Nueva Zelanda.[16] [17] Antes de la migración, el 55 por ciento del peso corporal es grasa acumulada para dar energía a este viaje ininterrumpido. Sterna paradisaea, charrán ártico.La migración de las aves marinas es similar en patrón a la de Charadriiformes y Anseriformes. Algunas, como Cepphus grylle (arao de alas blancas) y algunas gaviotas son bastante sedentarias, otras, como la mayoría de los charranes y alcas que crían en zonas templadas del hemisferio norte, se trasladan distancias variables al sur durante el invierno. La mayor distancia de migración entre todas las aves la realiza Sterna paradisaea (charrán ártico) y permanece a la luz del día más que ninguna otra ave, al trasladarse de sus áreas de cría en el Ártico a la zona antártica durante la estación no reproductiva. Un charrán ártico, anillado (marcado con una anilla identificativa) cuando era un pollo en las Islas Farne, mar afuera de las costas orientales británicas, alcanzó Melbourne, Australia, en sólo tres meses después de emplumar; un viaje marítimo de 22.000 km. Unas pocas aves marinas, como Oceanites oceanicus (pamperito de Wilson) y Puffinus gravis (pardela capirotada), crían en el hemisferio sur y migran al norte durante el invierno austral. Las aves marinas tienen la ventaja adicional de poder alimentarse durante la migración sobre aguas abiertas. Las especies más pelágicas, principalmente Procellariiformes, son grandes vagabundas, y los albatros de los océanos australes pueden circunvolar el globo durante la estación no reproductiva. Las aves Procellariiformes se dispersan ampliamente sobre grandes áreas de océano abierto, pero se congregan cuando el alimento resulta disponible. Muchas están también entre las migrantes a mayores distancias; Puffinus griseus (pardela o pamperito oscuro) que anidan en las Islas Malvinas migran 14.000 km entre la colonia de cría y el norte del Océano Atlántico costa afuera de Noruega. Algunos Puffinus puffinus (pardela pichoneta) hacen este mismo viaje a la inversa. Como son aves muy longevas, pueden sumar enormes distancias recorridas, que en un espécimen fueron calculadas en unos 8 millones de km durante su vida comprobada de más de 50 años. Un buitre leonado (Gyps fulvus) planeando.Algunas aves grandes de amplias alas dependen de las columnas de aire caliente ascendente para permitirles planear. Esas incluyen muchas aves rapaces como buitres, águilas y gavilanes y también las cigüeñas. Estas aves migran de día. Las aves migratorias de estos grupos tienen gran dificultad para cruzar grandes masas de agua, dado que las columnas termales sólo se forman sobre la tierra, y estas aves no pueden mantener el vuelo activo por largas distancias. El Mediterráneo y otros mares son por lo tanto grandes obstáculos para las aves planeadoras, que son forzadas a cruzar por los puntos más estrechos. Cantidad masivas de grandes rapaces y cigüeñas pasan a través de áreas como Gibraltar, Falsterbo y el Bósforo en tiempos de migración. Las especies más comunes, como Pernis apivorus (halcón abejero), se pueden contar por cientos de miles en otoño. Otras barreras, como las cadenas montañosas, también pueden causar grandes concentraciones, particularmente de migrantes diurnas grandes. Este es un factor notable en el cuello de botella migratorio de América Central. Archilochus colubris, colibrí de garganta roja.Muchas de las aves insectívoras más pequeñas, incluyendo las currucas, colibríes y papamoscas, migran largas distancias por lo común de noche. Se posan durante a la mañana y pueden alimentarse durante algunos días antes de continuar la migración. Las aves son llamadas "de paso" en las regiones donde aparecen de forma transitoria en cortas estadías durante el viaje migratorio.[18] Al migrar durante la noche, las migrantes nocturnas minimizan el riesgo de los depredadores, y evitan el recalentamiento que podría resultar de la energía consumida durante el vuelo en distancias tan largas. Esto también les permite alimentarse durante el día para reponer energía para la noche.[15] Un costo de la migración nocturna es la pérdida de sueño. Las migrantes deben ser capaces de tener un sueño de calidad alterada durante el vuelo para compensar esta pérdida.[19] Migración a corta distancia [editar] Bombycilla cedrorum, ampelis o picotero del cedro.Muchas de las migrantes de larga distancia de la sección previa son efectivamente programadas genéticamente para responder a la longitud cambiante del día. Sin embargo muchas especies se mueven distancias más cortas, pero lo hacen sólo en respuesta a condiciones climáticas difíciles. Así que las que se reproducen en montañas y páramos, como Tichodroma muraria (treparriscos) y Cinclus cinclus (mirlo acuático), pueden con sólo moverse altitudinalmente escapar de las tierras altas frías. Otras especies como Falco columbarius (esmerejón) y Alauda arvensis (alondra común) se mueven algo más, hacia la costa o a una región más sureña. Especies como Fringilla coelebs (pinzón vulgar) no son migratorias en Gran Bretaña, pero se moverán al sur o a Irlanda si el tiempo es muy frío. Las migrantes paseriformes de corta distancia tienen dos orígenes evolutivos. Las que tienen parientes que migran largas distancias en la misma familia, como Phylloscopus collybita (mosquitero común), son especies originalmente del hemisferio sur que han acortado progresivamente su viaje de regreso hasta permanecer en el hemisferio norte. Las especies que en su familia no tienen parientes de largas migraciones, como en Bombycilla, se mueven solo en respuesta al tiempo invernal, más que por ampliar sus oportunidades reproductivas. Halcyon senegalensis, martín pescador arbóreo.En los trópicos hay muy poca variación en la duración de las horas de luz a lo largo del año, y siempre es suficientemente cálido como para un adecuado suministro de alimentos. Aparte de los movimientos estacionales de las especies invernantes del hemisferio norte, la mayoría de las especies se mueven distancias variables dependiendo de la pluviosidad. Muchas regiones tropicales tienen estaciones lluviosas y secas, los mozones de la India son quizá el ejemplo más conocido. Un ejemplo de ave cuya distribución está asociada a la pluviosidad es el martín pescador arbóreo Halcyon senegalensis (alción senegalés) del oeste de África. Existen unas pocas especies, son notables los cucos, que son verdaderos migrantes de largas distancias dentro de los trópicos. Un ejemplo es Cuculus poliocephalus (cuco o cuclillo menor), que cría en la India y pasa la estación no reproductiva en África. En las altas montañas, como en las cordilleras de los Himalayas y los Andes, existen también movimientos estacionales altitudinales en muchas especies, y otras pueden realizar migraciones de considerable distancia. Ficedula subrubra (papamoscas de Cachemira) y Zoothera wardii (zorzal de Ward) , ambos del Himalaya se mueven tan lejos al sur como las tierras altas de Sri Lanka. Irrupciones y dispersión [editar]A veces circunstancias como un buena estación de cría seguida de falta de recursos alimenticios en el año siguiente llevan a una irrupción, en la cual grandes números de una especie se mueven mucho más allá de su rango normal. Bombycilla garrulus (ampelis europeo), Carduelis spinus (lúgano), y Loxia curvirostra (piquituerto común) son especies que muestran esta variación impredecible en su número anualmente. Las zonas templadas de los continentes del sur tienen extensas áreas áridas, particularmente en Australia, y el oeste del sur de África, y movimientos provocados por el clima son comunes pero no siempre predecibles. Un par de semanas de fuertes lluvias en una parte u otra del normalmente seco centro de Australia, por ejemplo, causa el crecimiento dramático de plantas e invertebrados, atrayendo aves de todas direcciones. Esto puede suceder en cualquier época del año, y, en cualquier área determinada, puede no volver a ocurrir en una década o más, dependiendo de la frecuencia de los periodos de “El Niño” y “La Niña”. Merops ornatus, abejaruco australiano.La migración de aves es un fenómeno principalmente, aunque no enteramente, del hemisferio norte. En el hemisferio sur, la migración estacional tiende a ser mucho menos evidente. Hay varias razones para esto. Primero, las expansiones de masas de tierra u océanos, mayormente sin interrupciones, tienden a no concentrar las migraciones por vías estrechas y evidentes, y por lo tanto un observador humano las nota menos. Segundo, al menos para aves terrestres, las regiones climáticas tienden a desvanecerse una en la otra en grandes distancias en vez de estar enteramente separadas: esto significa que en vez de hacer un largo viaje sobre un hábitat no apropiado para alcanzar un destino en particular, las especies migratorias usualmente pueden trasladarse pausada y relajadamente, alimentándose a medida que avanzan. Sin abundantes estudios de anillado no se hace obvio en estos casos que las aves vistas en un área en particular a medida que las estaciones cambian son de hecho miembros diferentes de la misma especie que van pasando gradualmente siguiendo su vía hacia el norte o el sur. De hecho muchas especies si crían en zonas templadas del sur e invernan más al norte en los trópicos. En África, Hirundo cucullata (golondrina cabecirrufa o franjeada grande), y en Australia, Myiagra cyanoleuca (papamoscas satinado), Eurystomus orientalis (carraca verde dólar) y Merops ornatus (abejaruco arcoiris) por ejemplo, invernan muy al norte de su región de cría. Fisiología y control [editar]El control de la migración, su determinación cronológica y la respuesta a ésta son controlados genéticamente y parecen ser rasgos primitivos que están presentes incluso en muchas especies no migratorias. La habilidad para navegar y orientarse independientemente durante las migraciones es un fenómeno mucho más complejo que puede incluir tanto programas endógenos como aprendizaje.[20] Bases fisiológicas [editar]Introducción: -La base fisiológica de la migración se basa en procesos endogenos, provocados por estímulos externos, recibidos por el SNC. (Gwinner 1986;Ketterson and Nolan1990;Healy et al.1996;Birgman1998) Como ``mensajeros´´ del proceso se encuentran las hormonas neuroendocrinas y endocrinas secretadas via hipotálamo-hipófisis. El impulso migratorio posee una fuerte componente genética, existen experimentos con lavanderas boyeras(Motacilla alba) en los que diferentes poblaciones en areas geográficas similares poseen caracteres migradores muy diferentes(Curry-Lindahl, K.1958). El proceso migratorio produce cambios importantes en la fisiologia del animal, destacando la hiperfagia, el aumento de hematocrito en sangre y algunos cambios comportamentales como el gregarismo. Cambios que se producen en el ave: En la fase premigratoria el ave principalmente aumenta su nivel de grasa(Blem 1990) Las grasas son su principal combustible en este proceso, se acumulan principalmente en el tejido adiposo, en los musculos y en órganos internos(George and Berger 1966). Entre las zonas más importantes de acumulo de grasa se encuentran: La clavícula, el coracoides, los costados, el abdomen, la pelvis y la zona del trasero(King and Farner 1965) Los ácidos grasos son diferentes durante la migración(predominan los ácidos grasos insaturados) que durante la fase de nidificación(predominan los ácidos grasos saturados)(Conway et al.1994). Como hemos comentado anteriormente, se acumula grasa en los músculos, pero nunca, en el corazón. La acumulación de grasas en la fase premigratoria es bien conocida desde hace muchos años por los gourmets quienes buscan a los migradores en esta época pues su carne es más fina y más rica en grasa. En función de la distancia a recorrer durante la migración el ave acumulará más o menos reservas. Meter dibujo y tabla de acumulación de grasas. Las grasas además de aportar energia para los músculos, ayudan a la termorregulación del ave durante el proceso, además de grasas, durante la migración el ave aumenta el consumo de proteínas y carbohidratos. En la fase post-migratoria el ave experimentará un proceso hiperfágico, se ha demostrado también que durante esa fase, el ave, posee más capacidad de recuperación de reservas. Bases neuronales y hormonas implicadas en los procesos migratorios: No hay una glándula que intervenga por sí sola en la determinación del impulso migratorio, sino, por el contrario, todo un conjunto de glándulas endocrinas. La hipófisis ocupa un lugar preeminente, en razón de su papel de verdadero puesto de mando del organismo, y también debido a su sensibilidad a los factores de iluminación. Además de la hipófisis se ha destacado la importancia de la tiroides(maneja la movilización de grasas en la termorregulación) y las gónadas( Rowan, W.1939, deducía de sus experimentos que para la migración era condición necesaria un desarrollo intermedio gonadal). -Los factores ambientales condicionan el acto migratorio, afectando directamente a las glándulas anteriormente citadas, por ejemplo: -En el caso de la tiroides, hay numerosos casos de aves que migran grandes distancias ``empujadas´´ por potentes olas de frío. -La hipófisis se ve claramente influenciada por el fotoperiodo, cada especie, cría y migra dentro de sus margenes aptos de fotoperiodo.Existen experimentos con aves en cautividad en los cuales se pudo comprobar que tan solo con el estímulo del fotoperiodo las aves mostraban agitación orientada a sus lugares de migración. La prolactina, la somatotropina, la hormona pancreática, la hormona hipofisial, catecolaminas e insulina tienen un papel fundamental en la acumulación de grasas, en la hipertrofia muscular y en el aumento del hematocrito(Ramenofsky and Boswell 1994). -Catecolaminas, hormonas del crecimiento y corticosterona participan en la movilización de grasas(Ramenofsky 1990). -La corticosterona y la testosterona es importante en la migración nocturna de aves.(Gwinner 1975). -La melatonina tiene 1 papel fundamental en la organización de la migración y la orientación (Beldhuis et al. 1988; Schnneider et al. 1994). Factor cronológico desencadenante [editar]El estímulo fisiológico primario para la migración es el cambio en la longitud del día. Estos cambios están también relacionados con cambios hormonales en las aves. En el periodo antes de la migración, muchas aves despliegan una mayor actividad o “Zugunruhe” (en alemán: inquietud migratoria) así como cambios fisiológicos como incremento de la deposición de grasas. La ocurrencia de este periodo incluso en aves enjauladas sin estímulos ambientales (por ejemplo, acortamiento del día y o disminución de la temperatura) ha indicado hacia el rol de programas endógenos con ritmos anuales en el control de la migración de las aves. Aves enjauladas muestran una dirección preferencial de vuelo que se corresponde con la dirección de la migración que ellas habrían tomado en la naturaleza, incluso cambiando sus direcciones preferenciales aproximadamente al mismo tiempo que sus coespecíficos silvestres cambian de curso. En las especies donde existen poliginia y dimorfismo sexual acentuado, hay una tendencia a que los machos vuelvan más pronto que las hembras a los sitios de reproducción. Esto se denomina protoandria.[21] [22] Orientación y navegación [editar] Las rutas de especímenes de Limosa lapponica (becasina o aguja colipinta) marcados por satélite en su migración al Norte desde Nueva Zelanda. Esta especie tiene la migración sin paradas más larga que se haya registrado, alcanzando los 10.200 km.La orientación de las aves se basa en diversos sensores. En muchas especies se ha demostrado el uso un compás solar. El uso del sol para dirigirse involucra el hacer compensaciones en el cambio de su posición basadas en el tiempo. La navegación también se ha demostrado que se basa en la combinación de otras habilidades que incluyen la de detectar los campos magnéticos, el uso de puntos de referencia visuales así como pistas olfatorias.[23] Se cree que las migrantes de largas distancias se dispersan cuando son jóvenes y se apegan a sitios de cría potenciales y a sitios de invernación favoritos. Una vez que el apego al sitio se ha producido muestran una alta fidelidad al lugar, visitándolo año tras año.[24] La habilidad de las aves para navegar durante las migraciones no puede ser explicada completamente por la programación endógena, incluso con la ayuda de las respuestas a estímulos ambientales. La habilidad de realizar exitosamente migraciones a largas distancias probablemente sólo puede ser completamente explicada teniendo en cuenta la habilidad cognitiva de las aves para reconocer hábitats y para formar mapas mentales. El seguimiento satelital de rapaces de migración diurna como Pandion haliaetus (águila pescadora) y Pernis apivorus (halcón abejero) ha mostrado que los individuos más viejos son mejores al hacer correcciones en caso de deriva provocada por el viento.[25] Como los patrones con ritmos anuales indican, existe un fuerte componente genético para la migración en términos de determinación cronológica y de ruta, pero éste puede ser modificado por influencias ambientales. Un ejemplo interesante donde un cambio de la ruta migratoria ha ocurrido por causas de barreras geográficas es la tendencia de algunas Sylvia atricapilla (curruca capirotada) de Europa central de migrar al oeste e invernar en Gran Bretaña en lugar de cruzar los Alpes. Las aves migratorias pueden usar dos instrumentos electromagnéticos para hallar su punto de destino: uno que es totalmente innato y otro que depende de la experiencia. Un ave joven en su primer vuelo migratorio toma la dirección correcta de acuerdo con el campo geomagnético pero no conoce cuan lejos debe volar. Lo hace a través de un "mecanismo radical dual" dependiente de la luz y el magnetismo mediante el cual reacciones químicas, en especial de fotopigmentos sensibles a luz de longitud de onda larga, son afectadas por el campo magnético. Note que aunque esto sólo funciona durante las horas del día, no usa la posición del sol de ningún modo. En este punto el ave es similar a un niño explorador con brújula pero sin mapa, hasta que va acostumbrándose a la travesía y puede poner sus otras habilidades en uso. Con la experiencia ellas aprenden varios puntos de referencia y este "mapeo" es hecho mediante receptores basados en magnetita en el sistema trigeminal, el que le dice al ave cuan fuerte es el campo magnético. Debido a que las aves migran entre regiones norteñas y sureñas, la fortaleza del campo magnético en diferentes latitudes le permite interpretar el "mecanismo radical dual" más acertadamente, y conocer si ha llegado a su destino.[26] Investigaciones más recientes han hallado una conexión neuronal entre el ojo y el "agrupamiento N", la parte del cerebro anterior que está activa durante la orientación migratoria, sugiriendo que las aves pueden realmente ser capaces de "ver" el campo magnético de la Tierra.[27] [28] Vagabundeo [editar]Las aves en su migración pueden perder el rumbo y aparecer fuera de su área de distribución normal. Esto puede deberse a que se sobrepasan de su lugar de destino, por ejemplo porque vuelen más al norte que el área de cría habitual. Un mecanismo que puede originar grandes rarezas, al ocurrir que aves jóvenes vuelven atrás como vagabundos por cientos de kilómetros fuera de su rango se denomina migración revertida, en ellas falla la ejecución apropiada del programa genético. Algunas áreas se han vuelto famosas como puntos de observación de aves debido a su localización. Por ejemplo el Parque Nacional Point Pelee en Canadá, y Cabo Spurn en Inglaterra. La deriva migratoria de aves sacadas de curso por el viento puede resultar en la "arribazón" de gran número de migrantes en sitios costeros. Acondicionamiento del instinto migratorio [editar]Ha sido posible enseñar una ruta de migración a una bandada de aves, por ejemplo en esquemas de reintroducción. Después de una prueba con Branta canadensis (ganso de Canadá), se usaron aviones superligeros en Estados Unidos para enseñar rutas migratorias seguras a especímenes reintroducidos de Grus americana (grulla blanca americana).[29] [30] Factores evolutivos y ecológicos [editar]El que una especie migre depende de un número de factores. El clima del área de cría es importante, y pocas especies pueden lidiar con los duros inviernos del interior de Canadá o el norte de Eurasia. Así es parcialmente migratorio Turdus merula (mirlo euroasiático), es migratorio en Escandinavia, pero no en el clima más templado del sur de Europa. La naturaleza del alimento principal también es importante. La mayoría de los que se especializan en comer insectos fuera de los trópicos son migrantes a largas distancias, y tienen pocas elecciones más que dirigirse al sur para pasar el invierno. A veces los factores están finamente balanceados. Las tarabillas Saxicola rubetra (la norteña) de Europa y Saxicola maura (la siberiana) de Asia son migrantes de larga distancia invernantes en el trópico, mientras su pariente cercano Saxicola rubicola (la europea o común) es un ave residente en la mayor parte de su rango, y se mueve sólo cortas distancias desde el norte y el este más fríos. Un posible factor aquí es que las especies residentes a menudo pueden tener una nidada extra. Estudios recientes sugieren que los paseriformes que migran largas distancias son de origen evolutivo sudamericano y africano en vez de originarse en el hemisferio norte. Son en realidad especies sureñas que van al norte a reproducirse en vez de especies norteñas que van al sur a invernar. Análisis teóricos muestran que los desvíos y contorneos en sus rutas de vuelo que incrementan la distancia de vuelo hasta el 20% serán a menudo adaptativas desde el punto de vista aerodinámico – un ave que se llena con alimento para cruzar una amplia barrera vuela menos eficientemente. Sin embargo algunas especies muestran circuitos de rutas migratorias que reflejan una expansión histórica del rango de distribución y están lejos de ser óptimas en términos ecológicos.[31] Un ejemplo es la migración de la población continental de Catharus ustulatus (zorzalito de Swainson), que vuela muy al este atravesando Norteamérica antes de virar al sur vía la Florida para alcanzar el norte de Sudamérica; se cree que esta ruta sea una consecuencia de una expansión del rango que ocurrió hace unos 10.000 años. Los contorneos pueden ser también causados por condiciones de viento diferentes, riesgo de predación, y otros factores. Cambio climático [editar]Los cambios climáticos en gran escala se espera que tengan un efecto sobre la cronodeterminación de la migración, y los estudios han mostrado una variedad de efectos incluidos los cambios cronológicos en la migración, en la estación de cría.[32] así como en las declinaciones de poblaciones[33] [34] Efectos ecológicos [editar]La migración de las aves también ayuda al traslado de otras especies incluyendo aquellas de ectoparásitos como garrapatas y piojos,[35] los que a su vez pueden llevar microorganismos incluyendo agentes causales de enfermedades humanas. Se ha tomado interés considerable debido a la expansión global de gripe aviar, sin embargo las aves migratorias no son consideradas una amenaza mayor[36] Algunos virus que se mantienen en las aves sin efecto letal, como el West Nile virus pueden sin embargo dispersarse por la migración de las aves.[37] Las aves pueden tener también un rol en la dispersión de propágulos de plantas y plancton.[38] [39] Algunos depredadores toman ventaja de la concentración de aves durante la migración. El murciélago Nyctalus lasiopterus (noctulo mayor) se alimenta de pájaros migratorios nocturnos.[3] Algunas aves rapaces se especializan en Charadriiformes migratorias.[40] Técnicas de estudio [editar]La migración de las aves ha sido estudiada por una variedad de técnicas de las cuales el anillado es la más vieja. El marcado con color, el uso de radar, el seguimiento satelital y análisis de isótopos estables de Hidrógeno (o Estroncio) son algunas de las otras técnicas usadas para estudiar las migraciones.[41] Un método para determinar la intensidad migratoria hace uso de micrófonos apuntando hacia arriba para registrar las llamadas de contacto nocturnas de las bandadas que sobrevuelan. Éstas son luego analizadas en un laboratorio para medir tiempo, frecuencia y especies.[42] Embudo de Emlen.Una técnica más antigua para cuantificar la migración involucra la observación de la cara de la luna llena y contar las siluetas de bandadas de aves a medida que vuelan en la noche.[43] [44] Los estudios del comportamiento de orientación han sido llevados a cabo tradicionalmente usando variantes de un dispositivo conocido como embudo de Emlen el cual consiste de una jaula circular cubierta arriba por vidrio o una pantalla de alambre de forma que arriba sea visible el cielo o la cúpula de un planetario o con otros estímulos ambientales controlables. El comportamiento de orientación de aves dentro de este dispositivo es estudiado cuantitativamente usando la distribución de las marcas que el ave deja en las paredes de la jaula.[45] Otros métodos usados en estudios de regreso a casa de palomas hacen uso de la dirección en que el ave desaparece en el horizonte. Amenazas y conservación [editar]Las actividades humanas han amenazado a muchas especies de aves migratorias. Las distancias involucradas en sus migraciones significan que ellas a menudo cruzan las fronteras de países y las medidas de conservación requieren la cooperación internacional. Varios tratados internacionales se han firmado para proteger especies migratorias incluyendo la Migratory Bird Treaty Act de 1918 de los Estados Unidos (convenio con Canadá, México, Japón y Rusia)[46] y el Acuerdo Africano-Euroasiático de Aves Acuáticas Migratorias.[47] La concentración de aves durante la migración puede poner las especies en riesgo. Algunas de las especies migrantes más espectaculares ya se han extinguido, la más notable es Ectopistes migratorius (paloma viajera). Durante sus migraciones las bandadas eran de 1,6 km de ancho y 500 km de largo, tomando varios días para pasar y conteniendo hasta mil millones de aves.[48] Otras áreas significativas incluyen las áreas de parada transitoria entre los territorios de cría y los de invernada.[49] Un estudio de captura y recaptura de paseriformes migrantes que tienen alta fidelidad a sus territorios de cría e invernada no mostró una asociación estricta similar con las áreas de parada transitoria.[50] La caza a lo largo de las rutas migratorias puede causar una grave mortalidad. Las poblaciones de Grus leucogeranus (grulla siberiana) que invernan en la India declinaron debido a la caza en las rutas de transito, particularmente en Afganistán y Asia Central. Por última vez se vieron estas aves en 2002 en su sitio favorito de invernada en el Parque Nacional Keoladeo.[51] Estructuras como las líneas de transmisión eléctrica, molinos de viento y plataformas petrolíferas de alta mar se sabe que han afectado la migración de las aves.[52] La destrucción del hábitat por el cambio en el uso de la tierra es sin embargo la amenaza más grande y los humedales de tierras bajas, que son los sitios de parada transitoria y de invernada para aves migratorias, están amenazados particularmente por el drenaje y las reclamaciones para uso humano. ++++++++++++++++++++

DIA INTERNACIONAL DEL AVE MIGRATORIA ..SEGUNDO FIN DE SEMANA DE MAYO ........POR RITA AMODEI

++++++++++++++++++++++++ La golondrina común (Hirundo rustica) es un ave de hábitos migratorios perteneciente a la familia de los hirundínidos, dentro del orden de los paseriformes. Se trata de la golondrina con la mayor área de distribución en el mundo. Habita en Europa, Asia, África y América. Existen seis subespecies de golondrina común, que se reproducen a lo largo del hemisferio norte. Cuatro de ellas son fuertemente migratorias y sus cuarteles de invernada cubren gran parte del hemisferio sur, llegando a Argentina central, Sudáfrica y el norte de Australia.[4] Su vasta área de distribución y enorme población implican que la especie se encuentra fuera de peligro de extinción,[1] [2] aunque pueda haber decrecimientos poblacionales locales debido a amenazas específicas.[4] [5] La golondrina común es un ave de campo abierto que normalmente utiliza estructuras construidas por el hombre para reproducirse y que, en consecuencia, se ha diseminado con la expansión humana. Construye nidos en forma de taza,[6] con bolitas de barro en graneros y construcciones similares y se alimenta de insectos que atrapa en vuelo.[7] Su alimentación insectívora contribuye a la tolerancia de los humanos hacia esta especie; en el pasado esta aceptación se vio reforzada por supersticiones respecto del ave y su nido. Ha habido frecuentes referencias culturales a la golondrina común en escritos literarios tanto debido a su proximidad con el hombre como por su migración anual.[8] Descripción [editar]Se trata de un ave pequeña.[9] El macho adulto de la subespecie nominal (H. r. rustica) mide entre 17 y 19 cm de longitud, incluyendo los 2 a 7 cm de las elongadas plumas externas de la cola. Tiene una envergadura de entre 32 y 34,5 cm y pesa entre 16 y 22 gramos. Su parte superior es azul metálico y su frente, barbilla y garganta, rojizos. Una gruesa franja azul oscuro separa la garganta del pecho y abdomen blancuzcos. Las plumas externas de la cola son elongadas, lo que le brinda el distintivo aspecto profundamente ahorquillado de las golondrinas. Presenta una línea de manchas blancas a lo largo del extremo externo de la parte superior de la cola.[7] La apariencia de la hembra es similar a la del macho, pero las plumas de la cola son más cortas, el azul de la parte superior y de la banda del pecho es menos lustroso y el pecho y abdomen son más pálidos. El juvenil es más marrón y exhibe una cara rojiza más pálida y partes inferiores más blancas; carece de las largas plumas de la cola de los adultos.[4] La distintiva combinación del rostro rojizo y la banda pectoral azul facilitan la distinción entre la golondrina común adulta y las especies africanas de Hirundo y de la golondrina australiana (Hirundo neoxena), cuya área de distribución se superpone en Australasia.[4] En África, la cola más corta de los juveniles puede producir una confusión con el juvenil de la golondrina de pecho rojo (Hirundo lucida), pero esta última presenta una banda pectoral más angosta y más blanco en la cola.[10] La canción de la golondrina común es un gorjeo alegre que a menudo termina en un su-seer en el que la segunda nota es más alta que la primera si bien su altura tonal es decreciente. Los llamados incluyen un witt o un witt-witt o un fuerte splee-plink cuando están exaltadas o cuando intentan ahuyentar depredadores de las cercanías del nido.[7] Los llamados de alarma incluyen un agudo siflitt para depredadores como los gatos y un flitt-flitt para aves de presa.[11] Esta especie es bastante tranquila en sus cuarteles de invernada.[12] La muda de las plumas de vuelo tiene lugar en los cuarteles de invernada, lo que dificulta la identificación subespecífica de los individuos en invierno. La muda posnupcial es muy gradual y en Europa comienza en agosto antes de la migración con la muda del plumaje corporal y a veces con la de las plumas cobertoras medias de las alas. En la India, la muda se produciría lenta e irregularmente, extendiéndose sobre la mayor parte del invierno y no habiendo concluido aún en abril en algunos especímenes.[6] A diferencia de los vencejos (Apus apus), las golondrinas se pueden posar horizontalmente, ya que la longitud de sus patas les proporcionan un apoyo adecuado para iniciar el vuelo de nuevo desde el suelo. Taxonomía [editar]La golondrina común fue descrita como especie por Carlos Linneo en 1758 en la décima edición de su obra Systema naturae bajo el nombre científico de Hirundo rustica.[13] Hirundo significa “golondrina” en latín; rusticus quiere decir “campestre”. Es la única de las especies del género Hirundo que se ha extendido a las Américas, siendo la mayoría de ellas nativa de África. Existen pocos problemas taxonómicos dentro del género, si bien la golondrina de pecho rojo (Hirundo lucida) ―una especie sedentaria del oeste de África, la cuenca del Congo y Etiopía― era anteriormente considerada una subespecie de golondrina común. La golondrina de pecho rojo es ligeramente más pequeña que su pariente migratorio, presenta una franja pectoral azul más angosta y las plumas de la cola de los adultos son más cortas. En vuelo, exhibe una coloración más pálida en sus partes inferiores.[10] Subespecies [editar]Existen seis subespecies de golondrina común ampliamente reconocidas. Se han propuesto subespecies adicionales o alternativas para Asia oriental, incluyendo saturata (Robert Ridgway, 1883),[3] [14] kamtschatica (Benedykt Dybowski, 1883),[3] mandschurica (Wilhelm Meise, 1934)[3] [14] y ambigua (Erwin Stresemann, 1940).[3] [6] [15] Dada la incierta validez de estas formas,[3] [6] [14] este artículo sigue la clasificación de Turner y Rose (1989):[4] H. r. rustica, la subespecie nominal, se reproduce desde Europa, Asia Menor e Irak hacia el este hasta la cuenca del río Yeniséi, el oeste del macizo de Altái, Sinkiang (China) y Sikkim (India),[3] tan al norte como el círculo polar ártico y hacia el sur hasta el norte de África. Migra a África, Arabia y partes del subcontinente indio,[4] como Sind, Punyab y Sri Lanka.[6] [16] Las golondrinas comunes que pasan el invierno en África austral llegan de gran parte de Eurasia, desde al menos el meridiano 91 este; alrededor del 80 % de las golondrinas que migran a África austral proceden de Rusia.[17] Esta subespecie se caracteriza por presentar una franja pectoral completa.[3] [6] Existen especímenes ocasionales a lo largo del área de distribución reproductiva de H. r. rustica cuya banda pectoral está más o menos difuminada con rojizo, pero estos ejemplares son escasos y su banda pectoral no está difuminada en el mismo grado que en gutturalis, lo que facilitaría la identificación de ambas subespecies en los cuarteles de invernada.[6] Sus partes inferiores se vuelven más blancas con el desgaste de las plumas, pero algunos individuos pueden tenerlas blancas incluso con su plumaje recientemente mudado. Otras coloraciones posibles son rosáceo, rosáceo pálido, crema, blancuzco y blanco sucio.[6] El brillo metálico de sus partes superiores es azul violáceo.[3] [6] Es más grande que gutturalis.[6] H. r. transitiva fue descrita por Ernst Hartert en 1910. Se reproduce en el Medio Oriente, desde el sur de Turquía hasta Israel, y es parcialmente sedentaria, aunque algunos ejemplares pasan el invierno en África oriental. Presenta partes inferiores rojo-anaranjadas y un quiebro en la franja pectoral.[4] H. r. savignii, la subespecie sedentaria de Egipto, fue descrita por James Francis Stephens en 1817 y bautizada en honor al zoólogo francés Marie Jules César Savigny.[18] Se asemeja a transitiva, que también exhibe parte inferiores rojo-anaranjadas, pero savignii presenta una franja pectoral completa y un matiz rojizo más profundo en las partes inferiores.[11] H. r. gutturalis, descrita por Giovanni Antonio Scopoli en 1786,[3] [14] presenta partes inferiores típicamente ocre oxidado, pero el color varía a lo largo de estas (no es uniforme como en tytleri).[3] Exhibe un quiebro en la franja pectoral y el brillo metálico de sus partes superiores es azul verdoso.[3] [6] Se reproduce en Asia oriental, al este de tytleri y de la subespecie nominal; entre Yakutsk y las costas del mar de Ojotsk y en Kamchatka se da un progresivo remplazo entre esta subespecie y tytleri en favor de una u otra según la dirección a la que se apunte.[3] Se hibrida con tytleri en la región del río Amur. Se cree que las dos subespecies del este de Asia estuvieron alguna vez geográficamente separadas, pero los sitios de nidificación proporcionados por la expansión humana permitieron que sus áreas de distribución se superpusieran.[4] Su principal área de distribución reproductiva es Japón y Corea. Las poblaciones que se reproducen en los Himalayas centrales y orientales —en donde está presente solo en colonias muy separadas—[6] han sido incluidas en gutturalis,[19] si bien ha habido desacuerdos sobre su identidad y fueron descriptas por Stresemann (1940) como una subespecie aparte: ambigua.[3] [6] [15] La subespecie gutturalis parece ser un visitante mucho más común en el sudeste asiático que tytleri y se adentra más hacia el sur.[3] También migra a las Filipinas, a la India (principalmente al este y al sur) y a Sri Lanka.[6] H. r. gutturalis es un divagante ocasional en Alaska y Washington,[20] pero es fácilmente distinguible de la subespecie americana, H. r. erythrogaster, por el tono rojizo de las partes inferiores de esta última.[4] H. r. tytleri, descrita por Thomas C. Jerdon en 1864 y bautizada en honor al soldado, naturalista y fotógrafo británico Robert Christopher Tytler,[3] [14] presenta partes inferiores casi uniformemente castañas[3] y una franja pectoral incompleta. La cola es más larga.[21] Se reproduce en el sur de Siberia desde la cuenca del río Angará hacia el este hasta Yakutsk y el río Oliokma y hacia el sur hasta el norte de Mongolia. Pasa el invierno en el sudeste asiático, hacia el sur hasta el oeste de Malasia, y en la parte oriental del subcontinente indio. Parece ser más rara en la China mediterránea, país en el que ha sido observada principalmente migrando hacia el noreste y sobre las costas.[3] H. r. erythrogaster, la subespecie americana, fue descrita por Pieter Boddaert en 1783.[3] [14] Difiere de la subespecie europea en que sus partes inferiores son más rojizas y su banda pectoral azul es más angosta, a menudo incompleta. Se reproduce a lo largo de América del norte, desde Alaska hasta el sur de México, y migra a las Antillas Menores, Costa Rica, Panamá y Sudamérica para pasar el invierno.[12] Algunos pasan el invierno en las regiones más meridionales de su área de reproducción. La ruta migratoria de esta subespecie se estrecha en Centroamérica, por lo que es abundante durante la migración en las tierras bajas de ambas costas.[22] Según el autor que se siga, saturata ha sido considerada sinónimo de erythrogaster, gutturalis o tytleri.[3] [14] Por su parte, kamtschatica y mandschurica han sido vinculadas a erythrogaster, a saturata —ella misma no reconocida universalmente— y a gutturalis.[3] [14] Por último, se ha tomado a ambigua como sinónimo de la subespecie nominal[6] y de gutturalis, siendo la segunda opción la más aceptada.[3] Hábitat y área de distribución [editar]El hábitat preferido de la golondrina común es campo abierto con vegetación baja, como pasturas, prados y terrenos agrícolas, preferentemente con agua en las cercanías. Esta golondrina evita áreas de vegetación densa, empinadas o muy urbanizadas. La presencia de estructuras abiertas y accesibles como graneros, establos y tajeas que proporcionen sitios de nidificación y de ubicaciones expuestas como cables, bordes de techos y ramas desnudas para posarse también son importantes en la elección de esta ave de sus lugares de reproducción.[7] [9] Durante la migración, tiende a volar sobre áreas abiertas, a menudo cerca del agua o bordeando cadenas montañosas.[9] Se reproduce en la región holártica,[9] desde el nivel del mar hasta típicamente los 2700 m,[2] pero hasta los 3000 m en el Cáucaso[7] y América del norte,[9] y solo está ausente en los desiertos y las regiones frías más septentrionales de los continentes. Su área de ditribución reproductiva incluye América del norte, norte de Europa, Asia norcentral, norte de África, Medio Oriente, sur de China y Japón; migra a Sudamérica, Asia meridional, Indonesia y Micronesia.[9] Las aves que se reproducen en el este Asia pasan el invierno a lo largo del Asia tropical, desde la India y Sri Lanka hasta Indonesia y Nueva Guinea. Cantidades cada vez mayores migran al norte de Australia. En gran parte de su área de distribución, evita las ciudades y en Europa es remplazada en las áreas urbanas por el avión común (Delichon urbicum). Sin embargo, en Honshu, la golondrina común es un ave más bien urbana, remplazándola la golondrina dáurica (Cecropis daurica) en áreas rurales.[4] Se ha registrado la reproducción de la golondrina común en las regiones más templadas de su área de distribución invernal, como las montañas de Tailandia y Argentina central.[4] [23] Los individuos tienden a regresar a pasar el invierno al mismo lugar cada año.[24] En invierno, la golondrina común es cosmopolita en cuanto a su elección de hábitats, evitando solo los bosques densos y los desiertos.[25] Es más común en hábitats abiertos y de vegetación baja, como la sabana y los ranchos, y en Venezuela, Sudáfrica y Trinidad y Tobago fue descrita como particularmente apegada a campos de caña de azúcar quemados o ya cosechados.[12] [26] [27] En África tropical y austral, esta especie es altamente gregaria y se congrega en dormideros de hasta varios millones de individuos en carrizales, campos de caña de azúcar, maíz, hierba de elefante (Pennisetum spp.) o formaciones vegetales de estructura similar.[28] Por ejemplo, el pequeño carrizal de Mount Moreland, cerca de Durban en el este de Sudáfrica, atrae cada noche a más de 3 millones de golondrinas, más del 8 % de los ejemplares que se reproducen en Europa.[5] También los hay de solo cientos de individuos. Normalmente, los dormideros se ubican en hábitats muy abiertos, en los que no haya obstáculos que dificulten el ascenso y descenso de las golondrinas.[28] En ausencia de dormideros adecuados, en ocasiones descansan sobre cables donde están más expuestos a los depredadores.[29] El 23 de diciembre de 1912 se registró el primer caso de una golondrina común que había migrado desde el Reino Unido a Sudáfrica; el ejemplar había sido anillado en Staffordshire y fue recuperado en Natal.[30] Estudios isotópicos han demostrado que durante el invierno las diferentes poblaciones se alimentan en hábitats distintos: las aves que se reproducen en el Reino Unido se alimentan mayormente sobre llanuras, mientras que los ejemplares suizos hacen un mayor uso de los bosques.[31] Otro estudio isotópico dio como resultado que una misma población reproductiva de Dinamarca pasaba el invierno en dos áreas distintas.[32] Tal como habría de esperarse para un migrador de larga distancia, esta ave ha sido encontrada como divagante en puntos tan distantes como Hawái, las Bermudas, Groenlandia, Tristán de Acuña y las Malvinas.[4] Comportamiento [editar]Se trata de una especie diurna y migratoria. A menudo son observadas en grandes grupos posados sobre cables de teléfono u otras estructuras elevadas. Anidan en colonias, probablemente debido a la distribución de los sitios de nidificación de alta calidad. Emplean tanto vocalizaciones como lenguaje corporal (posturas y movimientos) para comunicarse. Cantan individualmente y a coro. Presentan una amplia variedad de llamados utilizados en diferentes situaciones: llamados de alarma en presencia de depredadores, llamados de cortejo y llamados para los polluelos en el nido. Los polluelos emiten un trino débil cuando piden alimento. Las golondrinas comunes también producen chasquidos cerrando las mandíbulas rápidamente.[9] En un dormidero de gran tamaño en Cross River (Nigeria), las golondrinas comenzaban a producir chasquidos con sus picos y a gorjear 20 minutos antes de la salida del sol. En los siguientes minutos, la intensidad de las vocalizaciones aumentaba. Muchos ejemplares comenzaban a arreglar su plumaje, a extender las alas y a aletear. Las primeras golondrinas en partir normalmente lo hacían entre 0 y 9 minutos antes de la salida del sol (en pocas ocasiones, entre 1 y 3 minutos después de la salida del sol), para ser seguidas por sus congéneres de manera masiva en promedio 5 minutos después. La partida de todas las golondrinas del dormidero tomaba entre 20 y 49 minutos, aunque el 90 % de ellas lo abandonaba en menos de 10 minutos. La enorme mayoría de las golondrinas salía volando hacia arriba, a toda velocidad y tan verticalmente como les fuera posible, describiendo a veces ceñidas espirales para ganar altura. Las bandadas se dispersaban cuando ya se habían distanciado del dormidero. Por la tarde, las aves se arremolinaban en densas masas hasta que atardeciera, a gran altura debido a la presencia de alcotanes africanos (Falco cuvierii), y luego se apresuraban a descender masiva y abruptamente en una especie de tornado invertido. La mayor parte de ellas intentaba asegurarse una posición lo más alta posible sobre la colina en la que se encontraba el dormidero.[28] Alimentación [editar]La golondrina común tiene hábitos similares a otros insectívoros aéreos, incluyendo otras especies de golondrinas y los filogenéticamente desvinculados apódidos. No es un volador particularmente veloz, con una velocidad estimada de unos 11 metros por segundo, de hasta 20 metros por segundo, y un batimiento alar de aproximadamente 5 y hasta 7 o 9 veces por segundo,[33] [34] pero tiene la maniobrabilidad suficiente para atrapar insectos en vuelo. A menudo se la ve volando a alturas relativamente bajas en áreas abiertas o semiabiertas. La golondrina común se alimenta típicamente a 7 u 8 metros por encima de aguas poco profundas o del suelo,[7] a menudo siguiendo animales, humanos o maquinaria agrícola para atrapar los insectos ahuyentados,[7] [9] pero ocasionalmente captura sus presas de la superficie del agua, paredes o plantas.[7] Los dípteros (moscas), ortópteros (saltamontes y grillos), ansiópteros (libélulas), coleópteros (escarabajos), heteróceros (polillas) y otros insectos voladores componen el 99 % de su dieta.[9] En su área de distribución reproductiva, los dípteros de gran tamaño constituyen alrededor del 70 % de su dieta, siendo los áfidos otro componente significativo. Sin embargo, en Europa, las golondrinas comunes consumen menos áfidos que el avión común (Delichon urbicum) y el avión zapador (Riparia riparia).[7] En sus cuarteles de invernada, los himenópteros, especialmente las hormigas voladoras, representan una importante fuente de alimento. Durante el período de puesta de los huevos, las golondrinas comunes cazan en pareja, pero en otras circunstancias a menudo forman grandes bandadas.[4] La golondrina común bebe rozando el agua de lagos o ríos en vuelo.[9] Se baña dando chapuzones en el agua por un instante mientras vuela.[24] También es capaz de alimentar a sus polluelos mientras vuela.[9] Un estudio en Virginia Occidental encontró que las golondrinas comunes se alimentaban dentro un radio de 1,2 km de sus nidos. En Europa, se alimentan dentro de los 500 m de sus nidos.[9] Tras la temporada reproductiva, se reúnen en dormideros comunales. Los carrizales suelen ser un lugar privilegiado en la elección de las golondrinas, que se arremolinan masivamente antes de descender sobre los carrizos.[11] Los carrizales son una importante fuente de alimento antes de y durante la migración. Si bien la golondrina común es un migrador diurno que puede alimentarse en vuelo mientras viaja a bajas alturas sobre el suelo o el agua, los carrizales les permiten establecer o reabastecer sus reservas de grasa.[35] Las golondrinas muestran un aumento de peso de entre 2 y 4 gramos justo antes de migrar al norte hacia su área de distribución reproductiva, normalmente al final del ciclo de muda del plumaje.[28] Reproducción [editar]Las golondrinas comunes se reproducen generalmente entre mayo y agosto, pero esto varía mucho según el lugar. Pueden reproducirse ya en la primera temporada reproductiva posterior a su nacimiento. Generalmente, las golondrinas jóvenes no depositan tantos huevos como las mayores.[9] Estas aves asedian a intrusos tales como los gatos y aves del género Accipiter que se aventuran en las cercanías del nido, volando muy cerca de estos depredadores.[36] El parasitismo de puesta por parte de tordos cabecicafé (Molothrus ater) en América del norte y de los cucos en Eurasia es infrecuente.[7] [9] Al menos en lo que respecta al tordo cabecicafé, se han registrado casos en los que el polluelo parásito fue criado exitosamente y logró abandonar el nido, lo que demuestra que la golondrina común es un huésped adecuado para esta especie.[9] Se ha registrado la hibridación de la golondrina común con el avión roquero americano (Petrochelidon pyrrhonota) y la golondrina de cueva (Petrochelidon fulva) en América del norte, y con el avión común (Delichon urbicum) en Eurasia. De este último entrecruzamiento resulta uno de los híbridos paseriformes más comunes.[36] Emparejamiento [editar]Los machos regresan a las áreas de reproducción antes que las hembras y escogen un sitio para el nido, que es anunciado a las hembras con un vuelo en círculo y una canción. También intentan atraerlas desplegando sus colas. Las hembras se sienten particularmente atraídas hacia los machos con alas y colas simétricas. Los machos que exhiben un mayor grado de simetría consiguen compañera más rápidamente que los asimétricos. La asimetría puede ser el resultado de factores genéticos como la endogamia y las mutaciones o de factores ambientales como la deficiencia alimentaria, la infección de parásitos o la presencia de patógenos. Los individuos afectados por estos factores no solo presentan un mayor grado de asimetría sino también una menor fortaleza y longevidad. Por lo tanto, las hembras que escogen machos simétricos estarían seleccionando machos superiores.[9] El éxito reproductivo de los machos también está relacionado con la longitud de su cola, siendo las más largas más atractivas para las hembras.[7] [9] [36] [37] Los machos con las plumas de la cola más largas son generalmente más longevos y más resistentes a las enfermedades, por lo que las hembras que los escogen obtienen una ventaja reproductiva indirecta de esta elección, pues plumas largas en la cola señalan la superioridad genética de un individuo que producirá una descendencia más vital.[9] [36] Los machos con colas largas también tienen manchas blancas más grandes en la cola y, debido a que los piojos aviares prefieren las plumas blancas, la presencia de estas grandes manchas blancas sin daños producidos por los parásitos da indicios de la calidad reproductiva de un individuo; existe una relación positiva entre el tamaño de las manchas y el número de descendientes producidos por temporada.[38] Los machos del norte de Europa tienen colas más largas que los del sur; mientras que en España las colas de los machos son solo un 5 % más largas que las de las hembras, en Finlandia la diferencia es de un 20 %. En Dinamarca, la longitud promedio de la cola del macho se incrementó en un 9 % entre 1984 y 2004, pero es posible que en el futuro los cambios climáticos lleven al desarrollo de colas más cortas a medida que los veranos se vuelvan más cálidos y secos.[39] También existe evidencia de que los machos tienden a escoger compañeras con colas largas.[9] Los individuos de ambos sexos defienden el nido, pero los machos son particularmente agresivos y territoriales.[4] Las parejas que se han reproducido exitosamente pueden durar varios años.[9] Por otro lado, las cópulas fuera de la pareja son comunes, por lo que esta especie es genéticamente polígama, aunque sea socialmente monógama.[9] [40] Los machos vigilan a las hembras activamente para evitar ser “engañados”.[41] Los machos pueden emplear llamados de alarma falsos para interrumpir intentos de cópulas entre sus parejas y otros machos.[42] Los machos sin compañera a menudo se asocian con alguna pareja durante incluso toda la temporada reproductiva. Aunque estos “colaboradores” no suelen alimentar a los polluelos, pueden ayudar en la construcción y defensa del nido, incubación de los huevos y empollando a los pequeños. Los colaboradores son predominantemente machos.[9] Construcción del nido [editar] Crías de golondrina a orillas del río Ibor, en Cáceres.La golondrina común anida típicamente en el interior de edificaciones accesibles como graneros y establos y debajo de puentes y embarcaderos. Antes de que hubiera abundancia de estructuras construidas por el hombre, las golondrinas comunes anidaban sobre acantilados o en cuevas, pero esto es raro en la actualidad. El prolijo nido en forma de taza[6] es ubicado sobre una viga o contra una proyección vertical adecuada. Es construido por ambos miembros de la pareja, aunque más a menudo por la hembra, siendo recolectadas las bolitas de barro en sus picos y recubiertas con pasto, plumas, algas de agua dulce y marinas y otros materiales suaves.[4] [9] [43] Las golondrinas comunes pueden anidar en colonias en donde haya una suficiente cantidad de sitios de nidificación de alta calidad y, dentro de la colonia, cada pareja defiende un territorio alrededor del nido, que, en Europa, es de entre 4 y 8 metros cuadrados.[9] En América del norte al menos, las golondrinas comunes se involucran con frecuencia en una relación mutualista con las águilas pescadoras (Pandion haliaetus). Las golondrinas construyen sus nidos debajo de los de las águilas pescadoras, obteniendo así protección de otras aves rapaces que son ahuyentadas por esta águila que se alimenta exclusivamente de peces. A su vez, los llamados de alerta de las golondrinas alertan a las águilas pescadoras de la presencia de estos depredadores.[9] Nidada y cría de los polluelos [editar]Las hembras depositan de dos a siete huevos ―por lo general, cuatro o cinco―, blancos con manchas rojizas. Los huevos miden 20 por 14 milímetros y pesan 1,9 gramos, de los que el 5 % corresponden al cascarón. En Europa, la hembra se encarga de casi toda la incubación, pero en América del norte el macho puede incubar hasta el 25 % del tiempo. El periodo de incubación es normalmente de entre 14 y 19 días, a los que se suman otros 18 a 23 días antes de que los polluelos altriciales abandonen el nido. Los pequeños ya voladores permanecen junto a sus padres y son alimentados por ellos durante alrededor de una semana más.[4] Para la segunda semana después de haber dejado el nido, los polluelos ya se han dispersado y a menudo viajan a otras colonias de golondrinas. Ambos padres alimentan y protegen a los pequeños y remueven los sacos fecales del nido, si bien las hembras proporcionan un mayor cuidado parental. Los padres pueden alimentar a los polluelos en el nido hasta 400 veces por días. Las golondrinas comunes alimentan a sus pequeños con insectos comprimidos en una bolita, que es transportada al nido en la garganta del adulto.[9] En ocasiones, los polluelos de la primera nidada ayudan en la alimentación de los de la segunda.[4] [9] Normalmente crían dos nidadas por temporada.[4] [9] El nido en el que criaron a la primera es reutilizado para la segunda y reparado y vuelto a usar en años siguientes.[4] La supervivencia de los nidos durante 10 o 15 años es común con el mantenimiento adecuado y se registró uno que fue ocupado durante 48 años.[8] El porcentaje de los polluelos que rompen el cascarón es de un 90 %. La mortalidad promedio es de entre un 70 y un 80 % en el primer año y de un 40 a 70 % para los adultos.[4] Aunque la edad récord sea de más de 11 años, la mayoría no supera los cuatro.[4] [9] Los polluelos tienen bocas rojas y prominentes, un rasgo que según se ha demostrado induce a los padres a alimentarlos. La intensidad del color de sus bocas está relacionado con su inmunocompetencia y los polluelos de nidadas de gran tamaño tienen bocas menos vívidas.[44] Depredadores y parásitos [editar]Las golondrinas comunes (y otros paseriformes pequeños) a menudo presentan característicos huecos sobre las plumas de las alas y la cola. Se sugirió que estos huecos serían ocasionados por piojos aviares tales como Machaerilaemus malleus y Myrsidea rustica. Sin embargo, otros estudios apuntan a que podrían ser causados por ischnóceros del género Brueelia. Entre las especies de piojos de las que la golondrina común es un huésped se encuentran Brueelia domestica y Philopterus microsomaticus.[45] [46] En Texas, Oeciacus vicarius, que a menudo infesta al avión roquero americano (Petrochelidon pyrrhonota), también ha sido descubierto sobre la golondrina común.[47] Los dormideros comunales atraen a los depredadores: numerosas especies de falcónidos y accipítridos aprovechan estas oportunidades.[28] Entre sus depredadores se encuentran el ser humano —la especie que causa la mayor cantidad de bajas a la golondrina común—,[28] gavilán chikra (Accipiter badius),[28] gavilán de Cooper (Accipiter cooperii),[9] gavilancito chico (Accipiter minullus),[28] esparvero chico (Accipiter striatus),[9] azor de Toussenel (Accipiter toussenelii),[28] aguilucho lagunero (Circus aeruginosus),[28] cernícalo del Amur (Falco amurensis),[28] cernícalo pizarroso (Falco ardosiaceus),[28] halcón borni (Falco biarmicus),[28] halcón de cuello rojo (Falco chicquera),[28] alcotán africano (Falco cuvierii),[28] halcón peregrino (Falco peregrinus),[28] [48] cernícalo americano (Falco sparverius),[9] alcotán europeo (Falco subbuteo),[28] gavilán gabar (Micronisus gabar),[28] milano negro (Milvus migrans ssp. parasitus),[28] aguilucho caricalvo común (Polyboroides typus ssp. pectoralis),[28] tecolote oriental (Megascops asio),[9] autillo europeo (Otus scops),[28] cárabo africano (Strix woodfordii),[28] lechuza de los campanarios (Tyto alba),[28] cuco senegalés (Centropus senegalensis),[28] gaviotas (Laridae), zanate cola de bote (Quiscalus major), zanate norteño (Quiscalus quiscula), gato doméstico (Felis silvestris), lince rojo (Lynx rufus), comadrejas (Mustela spp.), mapache (Procyon lotor), rata parda (Rattus norvegicus), ardillas (Sciuridae), serpientes, etc.[9] Se sabe que los murciélagos depredadores tales como el falso vampiro mayor (Megaderma lyra) se alimentan de golondrinas comunes.[49] La mayoría de los depredadores ataca a los polluelos, pero los gavilanes, halcones y búhos cazan a los adultos. Las golondrinas comunes evaden a los depredadores con su vuelo ágil y construyendo sus nidos en lugares de difícil acceso para ellos.[9] La partida y el regreso de las golondrinas de y a sus dormideros están altamente sincronizados y son previsibles. Más del 90 % de las aves de un dormidero de 1,5 millones de ejemplares en Nigeria salía y volvía dentro de los diez minutos alrededor de la salida y de la puesta del sol respectivamente, en masas densas y de rápido movimiento. Los alcotanes africanos sincronizaban su llegada con la actividad de las golondrinas, arribando el primero de ellos entre 2 y 14 minutos antes de la partida o del regreso del primer individuo, y se iban marchando una vez que la mayoría de las golondrinas se hubiera ido. Al atarceder, los primeros llegaban al dormidero entre 15 y 20 minutos antes de la puesta del sol, cuando normalmente las golondrinas aún estaban ausentes. Las golondrinas intentaban reducir el riesgo de depredación congregándose en enormes cantidades, acotando su partida y regreso a un pequeño lapso de tiempo y realizando ascensos y descensos rápidos y sincronizados para evitar a los depredadores.[28] Cuando las golondrinas regresaban al atardecer, reaccionaban a la presencia de alcotanes ganando altura en el aire y compactándose en densas masas, por lo que los alcotanes debían entonces volar más alto que al amanecer para acercárseles. La caza por parte de estos depredadores temprano en la mañana era muy diferente, pues las golondrinas debían ascender desde el nivel del suelo y respondían a la presencia de alcotanes volando bajo abandonando el dormidero a alta velocidad y no alejándose de los contornos de la hierba de elefante hasta que alcanzaran el borde de zonas arboladas. Estas bandadas eran atacadas a través de la persecución o en cortos y repetidos picados, lo que causaba que las golondrinas se dispersaran en todas direcciones. Cuando las golondrinas abandonaban el dormidero en ascenso vertical, los alcotanes las atacaban cayendo sobre ellas desde más arriba, virando hacia arriba después de cada picado.[28] Tratándose de cazadores aéreos, los alcotanes solo podían atacar efectivamente a las golondrinas cuando estas se encontraban presentes en el dormidero y en el aire, es decir, en el reducido lapso de 30 minutos alrededor de la puesta y de la salida del sol. Sin embrgo, parecían evitar en gran medida las arremetidas contra grandes masas, las cuales quizá les resultaran difíciles de abordar. Por lo general, ignoraban las enormes cantidades que partían masivamente, a gran velocidad y en dirección ascendente al amanecer y las que se congregaban a gran altura al atardecer para luego caer en picada sobre el dormidero, concentrándose en lugar de en ellas en individuos rezagados y en pequeños grupos, tempranos o tardíos. Si bien se lanzaban a la caza de individuos aislados y de bandadas de entre dos y 15 000 individuos, eran más exitosos cuando se embarcaban en la cacería de grupos de menos de 50 individuos. El riesgo de depredación para las golondrinas tomadas individualmente decrecía dramáticamente con el tamaño de la bandada.[28] Estado de conservación [editar]La golondrina común no se aproxima siquiera al umbral los criterios de superficie del área de distribución y de tamaño de la población para especies vulnerables de Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza: tiene una enorme área de distribución que se extiende sobre unos 43,4 millones de kilómetros cuadrados y se estima que su población global supera los 190 millones de individuos. A pesar de que la tendencia poblacional parece ser negativa, se cree que esta disminución en sus números no es lo suficientemente rápida como para que la especie se acerque siquiera al umbral del criterio de decrecimiento poblacional para especies vulnerables (esto es, un decrecimiento de más del 30 % en diez años o tres generaciones).[1] Por estas razones, la golondrina común fue calificada como “bajo preocupación menor” en la Lista Roja de 2012,[2] y no tiene un estatus especial bajo la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.[9] Históricamente, esta especie se ha beneficiado de la tala de los bosques, que crea los hábitats abiertos que prefiere, y de la presencia humana, que le proporciona abundancia de sitios de nidificación seguros. Ha habido decrecimientos locales debido al uso de DDT en Israel en la década de 1950, a causa de la competencia por los sitios de nidificación con el gorrión común (Passer domesticus) en Estados Unidos en el siglo XIX y por la intensificación de la agricultura, que reduce la disponibilidad de insectos, en partes de Europa y Asia en la actualidad. Sin embargo, se ha registrado un incremento en América del norte durante el siglo XX debido a la mayor disponibilidad de sitios de nidificación y a la subsecuente expansión en su área de distribución, incluyendo la colonización del norte de Alberta.[4] En 2006, se afirmó que las poblaciones de golondrinas en el Reino Unido habían estado decayendo, probablemente debido a la sequía y al uso de pesticidas en su ruta migratoria y a la transformación a la que estaban sujetas las edificaciones rurales y otros sitios de nidificación favorecidos en el propio Reino Unido.[5] Por otro lado, según información publicada en 2007 y 2008 respectivamente, la especie habría sufrido un decrecimiento poblacional pequeño o estadísticamente insignificante en los anteriores 40 años en América del norte y se habría mantenido estable en Europa desde 1980.[1] [2] El cambio climático puede afectar a las golondrinas comunes.[39] Las golondrinas en África y durante su migración exhiben grandes variaciones en su masa corporal y reservas de grasa dependiendo de las condiciones atmosféricas con las que se encuentren.[28] La sequía ocasiona pérdida de peso y una lenta renovación de las plumas, y la expansión del Sahara hará de este desierto un obstáculo aún mayor para las aves europeas.[39] En un período de sequía, las golondrinas que pasaban el invierno en Botswana mostraron bajo peso y nada de grasa, mientras que años de abundantes precipitaciones ―y, por lo tanto, de gran disponibilidad de insectos― resultaron en mayores pesos y reservas de grasa. De manera similar, en Nigeria en febrero de 2001, el soplido del Harmattan coincidió con un marcado descenso en la masa corporal y con una falta de grasa en las golondrinas, registrándose pesos más elevados tanto antes como después del levantamiento de ese viento seco.[28] A su vez, los veranos cálidos y secos reducirán la disponibilidad de insectos con los que alimentar a lo polluelos. Inversamente, las primaveras más cálidas podrían alargar su temporada reproductiva y contribuir a la producción de una mayor cantidad de polluelos.[39] Relación con el hombre y referencias culturales [editar]En el Viejo Mundo, las golondrinas comunes parecen haber hecho uso de los puentes y otras estructuras construidas por el hombre desde tiempos inmemoriales.[50] Puede encontrarse una referencia temprana a esta ave en las Geórgicas de Virgilio (29 a. C.): […] garrula quam tignis nidum suspendat hirundo. (“[…] la golondrina gorjeadora cuelga su nido de las vigas.”).[51] Se cree que las golondrinas comunes comenzaron a adosar sus nidos a las construcciones de los nativos americanos a comienzos del siglo XIX. Es probable que la consiguiente expansión del hombre en América del norte resultara en una dramática diseminación de la especie a lo largo del continente.[52] Existen muchas referencias a la migración al norte de las golondrinas comunes como “ícono de la primavera y epítome del verano” en el hemisferio septentrional.[5] La golondrina común simboliza la llegada de la primavera y el amor en Pervigilium Veneris, un poema latino tardío. En La tierra baldía, T. S. Eliot citó la línea Quando fiam uti chelidon [ut tacere desinam]? (“¿Cuándo seré como una golondrina, así podré dejar de estar en silencio?”). Esto refiere a una versión del mito de Filomela en la que ella se convierte en un ruiseñor y su hermana Procne en una golondrina; en versiones menos comunes, las especies aparecen invertidas.[53] De manera inversa, la imagen de una bandada de golondrinas volando en su migración al sur concluye la oda “Al Otoño” de John Keats: ¿Dónde están las canciones de primavera? ¡Ah! ¿Dónde? Ni pienses más en ellas, pues ya tienes tu música, cuando estriadas nubes florecen el suave morir del día y tiñen de rosa los rastrojos; entonces el doliente coro de los mosquitos entre sauces del río se lamenta, elevándose o bajando, según el soplar de la brisa; y balan los crecidos corderos en los montes; canta el grillo en el seto; y ya, con trino blando, en el jardín cercado, el petirrojo silba y únense golondrinas, gorjeando, en el cielo. Las golondrinas son mencionadas en varias obras de William Shakespeare por su ligereza en vuelo; por ejemplo True hope is swift, and flies with swallow's wings […] (“La verdadera es veloz y vuela con alas de golondrina […]”) del quinto acto de Ricardo III. Shakespeare también se refiere a la migración anual de la golondrina en The Winter's Tale, cuarto acto: Daffodils, That come before the swallow dares, and take The winds of March with beauty […] (“Los narcisos, Que llegan antes de que las golondrinas se atrevan y toman Los vientos de marzo con belleza […]”). Gilbert White estudió a la golondrina común en detalle en su obra The Natural History of Selborne, pero incluso este atento observador no estaba seguro de si las golondrinas migraban o hibernaban en invierno.[54] Las golondrinas comunes consumen enormes cantidades de insectos y son importantes en el control de sus poblaciones.[9] En el pasado, la tolerancia a este insectívoro beneficioso se vio reforzada por supersticiones en torno al daño a sus nidos. Se creía que dicho acto podría llevar a que las vacas produjeran leche con sangre o dejaran de producirla en absoluto o a que las gallinas dejaran de poner huevos.[8] Por otro lado, en Nigeria, son cazadas a cientos de miles por año, lo que hace del hombre el principal depredador de esta especie por un amplio margen.[28] La golondrina común es el ave nacional de Estonia.[55] ++++++++++++++++++++++++++++++++